No hay tu tía
En algún lado están los terrones de azúcar.
Clic de la felicidad
Happy Happy Joy Joy






miércoles, septiembre 28, 2005
Historias de animales 
Ser Cerdebro
Cerdebro piensa como puerco. Verlo andar es revivir las pesadillas de animales verticales que se asoman a la noche y bailan alrededor de un fuego. Pero Cerdebro no tiene magia ni misterio: sus incumbencias caen secas de vacío, lo rodea un otoño estúpido.
Cerdebro propone las novedades que descubre en los avisos del diario y cree, de verdad cree, en toda la inmundicia invasora y superflua. Y se llena de eso, como puerco. Se revuelca.
Cerdebro: su anatomía incierta, su indebida y asombrosa verticalidad. Por fuera brilla de porquería, pero muy en sí: las neuronas de cerdebro se tienen asco y no se tocan.

Próximas historias
Al que lo enfocan con una lámpara para que crezca como un pollo.

Ah
Nadie veía Birdman. Como Manotas, era una opción secundaria. Nadie prendía la tele para ver Manotas.

Encuentro con Birdman
Te voy a contar la historia del pájaro humano. Yo lo conozco, almorcé con él y traté de que no me almorzara.
El pájaro humano creció en una pajarera y aletea aletea. Cuando habla, aletea; mientras piensa, o al picotear, aletea.
Y hay que estar alertas al aleteo, hay que mirarlo a los ojos como hundiéndoselos, porque el pájaro humano, además de aletear, te perfora el cráneo y te come el cerebro. De puro descuidado.

                                                       posteado por Adrián a las 2:56 p. m.



jueves, septiembre 15, 2005
Costumbres extremas 
Como el acontecimiento estético se nos escapa, nos elude temeroso de que le lloriquiemos encima, decidimos rendirnos y darnos a lo dado: hacemos un programa de TV popular. Dddddddddd.

El programa se llama Costrumbres Extremas y presenta la convivencia de un grupo de personas de procedencias étnicas distantes. Entre ellos tenemos: un pigmeo de Guinea, una esquimal, un pastor tibetano, una Carmencita argentina, un Juan Carlos, una alemana en bicicleta y un oso de peluche.
Es un grupo que se desagrupa (decimos esto y miramos a nuestro interlocutor como interpelando: “¿entendés? - ¿no dije algo copado? - ¡reaccioná!”).

Él quiere su Carmencita
Al principio, Juan Carlos cree que Carmencita le debe corresponder. Después de todo, son Carmencita y Juan Carlos, su unión es tan natural como la de dos muñequitos de torta. Pero Carmencita. Decir tu nombre, Carmen, es como decir carne y triturarla con la r y masticarla con la m. Mmmmordiscos. La mente de Juan Carlos tiende a lo atroz. Y entonces, Carmen con arroz, ella rehúsa semejante compañía.

La Esquimal
Un gran esfuerzo para llevarla a la esquimal a la mesa. Es una tipa que no se aviene. Le chupa un huevo. Los esquimales deben tener una expresión para nombrar este tipo de desinterés. Si usan el tiempo en distinguir 40 mil variedades de blanco, es porque todo lo demás les chupa un huevo. Así es esta mina.
La esquimal come con las manos. La esquimal come con los dientes que desgarran carne casi cruda mientras gruñe y mira de reojo. El pelo le cae un poco sobre la cara; el arroz cae sobre la mesa; todo se mezcla.
Carmencita se horroriza.
Se la come cruda, filosofa Juan Carlos. De dónde la habrán sacado. Es una bestia. Siempre pensé que el esquimal era más recatado y tímido. ¿O será una actriz? ¡Claro! ¡Acá todo es trucho! Ya la voy a descubrir, aunque bien podría ser real. Si fuera... Y si...sí: que la esquimal me esquilme.
¿Estos qué me miran? Parece que nunca vieron a alguien comer. Es que no saben comer ni masticar, sólo les importa mirar y decir cosas. Se deben inyectar lo que necesitan para vivir y así pueden seguir hablando hablando todo el tiempo. Que me paguen, lo demás no me importa.

Debe estar metido ahí
El pigmeo desapareció. Lo estamos buscando en las alacenas y detrás de las cortinas. Todos sospechan de la esquimal. Quieren obligarla a que se bañe, pero ella revela que eso no estaba en el contrato y exige renegociar con la producción.

Camino al éxito
Vine a este programa para demostrar que no soy una boluda. ¿Ya están grabando? Bueno. Hola, soy Carmencita, no se olviden de votar por mí. Con su llamado participan del sorteo por una semana en la isla de la revista el gráfico. ¡Chau!
Me siento sola. Juan Carlos es un pibe raro y el tibetano me da miedo. Siempre está parado con ese bastón de rama de árbol y hay como una sombra que lo cruza. ¡Creo que él se comió al enano!

Seducción
Oso Pupo atrae hacia sí el cariño femenino. Heidi lo lleva en bicicleta por el parque y la esquimal le muerde las orejas. Lo quieren porque es un oso de peluchito, pero él cree que las conquistó mintiendo que es director de cine y que tiene caballos de carrera.

Nuestro programa es un desastre y en cualquier momento saldrá del aire. Esperemos que el pigmeo aparezca antes de que nos vayamos. Mejor dedicarnos a buscar la fugacidad del acontecimiento estético.

                                                       posteado por Adrián a las 11:33 p. m.



miércoles, septiembre 07, 2005
la-la.la:la 
querido diario
hoy tenía pensado, había resuelto, poner algo. pero ahora ese algo no me da siquiera un ínfimo principio de ganas. casi temo leerlo y descubrir los restos de: la utilería mental. eso que todo lo arruina. que todo aburre y seca. que: descubiertas ruinas complicadas de lo que no fue.

pero yo. te digo hola porque estás acá. porque lo que me importa a veces es asegurarme de saber dónde estoy. me pierdo. hola. importa que el esto sea acá. hoy me reaseguro de no estar en otro lado accionando sobre un mundo extraño de inventos eficaces, bajando escaleras mientras pienso que escribo.
hay una diferencia, conocida por todos, que se llama, esta discrepancia del estar y pensar estar en un lado: desatino.

hasta luego.
ah, aprovecho:
saludos a pelucón.

                                                       posteado por Adrián a las 10:21 a. m.



viernes, septiembre 02, 2005
Intervalo 
este es un separador cuyo sino no es sino separar lo anterior de lo que viene o sea de lo que no se tiene la menor idea sobre acerca de un entre que se queda afuera de todo

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deshacerse
de la espera
de los momentos propicios
de la utilería mental
de sus juegos gastados
deshacerse

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me preocupa desmontar mi utilaje rígido y saber de su función en la producción de mis cuestiones dichas pero no la dicha como un tiempo importante y cenital de la vida sino mis cuestiones en el decir y entender de mí mismo como a todo el mundo me preocupa

                                                       posteado por Adrián a las 10:49 a. m.