No secarse
La ley: si uno eroga más líquido del que incorpora, se seca.

Lo mejor es incorporar agua en forma líquida y no sacarla de los alimentos, como hacen algunos animalitos. Hay gente que confunde la sensación de sed con la de hambre y arremete contra los sólidos cuando, en realidad, necesita beber.
El caso extremo es el del consumidor empedernido de polvorones, que trata de paliar su sed con estas galletitas pero sólo consigue aumentar la sequedad.
También hay que aclarar que las llamadas “galletitas de agua” no son tales.

Cantimplora
Este es un truco exclusivo para niños exploradores y gente perdida en el desierto. Si usted no acredita alguna de esas condiciones, no lo lea, pase directo al siguiente.
La astucia consiste en envolver nuestra cantimplora con una tela ligera y húmeda. Muy pronto, debido al sol implacable, el agua que humedece la tela se evaporará. Lo bueno es que, para completarse, el proceso de evaporación tomará energía calórica del agua contenida dentro de la cantimplora. El resultado es agua fresca para beber y felicidad en el corazón.
Desde luego, el mismo truco se puede aplicar para enfriar la cabeza u otras partes del cuerpo.
No temáis envolveros: en caso de extremo calor, el niño explorador ha de auto momificarse para mantenerse fresco.

Ayude a un seco
La gente que viene media seca se caracteriza por tener los accesorios de la cara (ojos, nariz, boca) todos juntitos y apretados. A ellos se les debe ofrecer una ración líquida de emergencia, porque seguramente vienen de ingerir mucho polvorón, pepa y scon. Al succionar del sorbete irán recobrando su expresión normal.